Es un día sagrado para los mapuches, ya que corresponde al final del otoño (solsticio de invierno ) en el hemisferio sur, es decir, es la noche más larga del año y preludio al renacer de la vida en la cosmovisión mapuche.
Este día se realiza una serie de actividades acompañadas de instrumentos como la trutruca, pifilca, y el cultrún, además de un baile el purrum y un juego de palín (o chueca).
La palabra viene del mapudungun we tripantu, "año nuevo", a su vez de we tripan antü: "nueva salida del sol".
Llegada la noche del 23 de junio después de las 22.00h, se reúnen las familias en una casa que sea cómoda en espacio y calefacción ya sea de carbón, braseros, cocina de leña, o fogón. Se van juntando alimentos: carnes de ave, cerdo, vacuno o caballo; muday, que es un licor de maíz fermentado, mültrün, harina tostada, sopaipillas, tortillas al rescoldo, pan con chicharrones, etc.
En el tema antes señalado pude darme cuenta que para el pueblo mapuche el año comienza en una fecha distinta a la que el resto de el mundo. Epoca que según ellos le permite renovar los sueños, esperanzas y compromisos hacia un futuro mejor para todos.
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